Se ha analizado la actividad de los compuestos individuales y su contribución a la actividad antibacteriana. Este tipo de compuestos antimicrobianos naturales podrían aplicarse como conservantes de alimentos para proteger su calidad, extender su vida útil e inactivar la capacidad alterante de ciertos microorganismos patógenos.
En la investigación se ha demostrado que la miel inhibe la formación de biofilms (comunidades de bacterias). La miel, según el estudio, altera la forma en la que las bacterias se comunican unas con otras y debilita la virulencia bacteriana, lo que hace que ciertos patógenos sean más susceptibles a los antibióticos convencionales. La capacidad antibacteriana de la miel es el resultado de cinco factores:
Todos ellos contribuyen a la actividad antibacteriana de la miel contra Bacillus cereus, E. coli, Salmonella,Pseudomonas aeruginosa y Streptococcus pyogenes.